El apóstol Santiago declaró: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.” [Santiago 1:13] Las tentaciones vienen por diferentes motivos y el maligno es el que nos las trae para que fallemos en nuestro caminar con el Señor. ¿Pero cómo es que el maligno puede tener éxito en tentarnos? ¿Cómo podemos ser tentados? La realidad es que tiene que ver con nuestra naturaleza humana. Santiago continúa: “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.” [Santiago 1:14-15] El enemigo ataca nuestros impulsos naturales, nuestros sentidos, nuestro intelecto, nuestro ego y estos responden según el estímulo que el maligno presente. El caso típico es Eva en el jardín cuando vino la serpiente/satanás a hablarle: [Genesis 3:1-7] El enemigo le da a Eva un mensaje completamente falso de la razón por la que Dios no quiere que ellos coman de la fruta prohibida — lo cual ella recibe y lo cree. El enemigo ataca a Eva en su capacidad intelectual y ella empieza a razonar y a pensar aparte de la realidad de Dios. Después satanás le presenta la fruta como algo deseable para obtener sabiduría — otro mensaje falso. La fruta atrae sus sentidos y ella la ve atractiva y deseable para comer. Eva no pudo resistir todo lo que el diablo le ofrece y se rinde tomando la fruta y dándola a Adán. De Adán no sabemos en sí que lo lleva a comer la fruta también; pero la verdad es que el pecado entro en sus vidas y ellos murieron espiritualmente y esa muerte fue pasada al resto de la humanidad. ¿Pero, cómo podemos luchar contra las tentaciones y tener éxito? Ya el Todopoderoso Dios nos ha dado la forma de obtener la victoria y Jesús nos lo demuestra en su confrontación en el desierto con el diablo. “Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás.” [Marcos 1:12-13]. Si vemos que arma utilizó Jesús contra satanás y lo venció podemos nosotros también ganar la victoria en nuestras luchas. Jesús utilizó solo un arma — la Palabra de Dios. Y Jesús no dejó que el enemigo lo confundiera como le pasó a Eva. Cada tentación del maligno fue reprendida por el Señor y confrontada con la verdad que ya Dios ha dado en su Palabra. Cuando el enemigo nos venga a tentar tenemos que reprenderlo también en sus muchas mentiras declarando la verdad que ya Dios Todopoderoso ha declarado y dado a sus hijos para nuestras luchas y tentaciones — y el maligno nos tiene que dejar y obtendremos la victoria. Pero si usted no lee la Biblia ni sabe la verdad que ya está declarada en las Escrituras, pues va a tener problemas cuando sea tentado.
* Todas las citas son de la versión Reina Valera 1960